El sector financiero (1940-1982).

En 1941, el Banco de México consolidó sus funciones como banco central de propiedad exclusiva del Estado mexicano, sin intervención de los intereses privados, mucho menos del exterior. Logró mantener el valor de la moneda en casi todo momento, se convirtió en un sólido prestamista de última instancia para los otros bancos. En otras palabras, funcionó como uno de los pilares de la estabilidad macroeconómica, necesaria para el crecimiento económico nacional de las siguientes décadas.
Entre los años cuarenta y setenta, el gobierno no se contentaba con tener un banco central sólido. adicionalmente, la banca de desarrollo prosperó amplió sus recursos, mientras apoyaba cada vez a más sectores. Nacional Financiera (NAFINSA) consolidó su papel como principal prestamista de la industria privada. El Banco de Crédito Ejidal y el Nacional Agrarista hicieron lo propio para mantener activa la producción del campo, aunque el último tuvo prioridad. Nuevas instituciones gubernamentales surgieron en el periodo para apoyar sectores específicos como el del Pequeño Comercio o el de Cinematografía (Peña, 2006: 375).
La banca privada perdió por completo su vieja relación con los inversionistas del exterior y paso a manos de empresarios nacionales. Dos instituciones destacaron por su poder económico: el Banco Nacional de México (BANAMEX) y el Comercial (BANCOMER). Las mismas podían prestar a algunos miembros de la clase media alta, aunque concentraban sus créditos entre los ricos, no tenían una penetración en la mayor parte de la población mexicana. En donde no podían llegar los préstamos de los bancos privados o gubernamentales estaban los agiotistas, individuos que prestaban a muy altos intereses, sin un marco legal que los regulara.

Desde 1976, la turbulencia financiera comenzó a menguar la solides de las instituciones financieras. Después de un corto periodo de abundancia, la crisis económica golpeo al país en 1982, en esta ocasión los banqueros fueron considerados como parte de los culpables de los problemas. El presidente, López Portillo, decidió nacionalizar la banca, no llevó a cabo un proyecto concreto, mostraba el final de un viejo acuerdo entre el capital financiero y el gobierno para lograr el desarrollo nacional, por la imposibilidad de ambos de mantener firme la solides de la economía.


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La era del PRI.
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